Un activista por la libertad de Internet, vinculado al contrabando de antenas parabólicas dirigidas a Cuba, dijo que, por su seguridad, no volvería a la Isla “hasta que cambie la situación allí.”
“Las amenazas son reales”, dijo el jueves Robert Guerra. “Es muy importante que los grupos pos democracia y otros que están trabajando allá estén conscientes del grado de las amenazas y los problemas de seguridad que existen.”
Guerra, antiguo director del Proyecto de Libertad de Internet en el Freedom House en Washington DC, se negó a dar detalles sobre los proyectos que ha llevado a cabo en Cuba.
“No estoy en condiciones de hablar sobre esos proyectos en este momento”, dijo. “Realicé algunos de los proyectos… puedo decir que he estado en la Isla, pero no estoy en condiciones de hablar de ello, solo puedo decir que Cuba es un país complejo en cuanto al activismo digital.”
Las autoridades cubanas alegan que Guerra participó en “la Operación Surf”, cuyo objetivo era encubrir antenas parabólicas como tablas de surf e introducirlas de contrabando en Cuba.
Guerra dijo: “No puedo hacer ningún comentario que no sea decir que es ridículo si usted está familiarizado con la tecnología. Es que las antenas no se parecen a las tablas de surf. No voy a realizar ningún otro comentario al respecto.”
¿Así que Guerra decía que la operación no se produjo, que nadie contrabandeó las antenas parabólicas a Cuba como afirmaron los funcionarios cubanos en el video de marzo de 2011?
“No he visto el video, por lo que no puedo comentar sobre eso”, respondió Guerra, director fundador de Privaterra, entidad que ayuda a las organizaciones no gubernamentales con las cuestiones de protección de datos, seguridad de la información y los derechos humanos.
Robert Guerra
La versión del gobierno cubano de los acontecimientos es que Barry Fink, un californiano, entró de contrabando antenas parabólicas a Cuba en el 2008 como parte de una operación financiada por el gobierno de Estados Unidos.
Las antenas terminaron en manos de un cubano técnico en electrónica llamado Dalexi González Madruga.
González se dirigió a las autoridades cubanas con la información que tenía y se convirtió en un informante apodado agente Raúl.
González dijo que cuando conoció a Fink en 2008, este se presentó con las palabras claves: “¿Cómo está el surf en el sur de Francia”
González respondió con la contraseña correcta y comenzaron los negocios. El periódico estatal Granma informó:
Se dirigieron a un minibús estacionado a pocos metros de distancia, y Barry le entregó cuatro antenas satelitales, camufladas como tablas de surf…
Barry Fink. Foto: LinkedIn
Fink, un productor de videos comerciales con sede en Marina Del Rey, California, se negó a hablar sobre la supuesta operación.
“No estoy en condiciones de hablar sobre eso”, dijo el jueves. “No puedo.”
Foto de Barry Fink tomada por el gobierno cubano
Cuando se le preguntó si había firmado un acuerdo de confidencialidad, Fink dijo que no, pero prefirió no hacer comentarios. “Solo creo que no es apropiado”.
Según su perfil en LinkedIn, Guerra es un experto en libertad de Internet y seguridad cibernética. Las autoridades cubanas alegan que actuó como gestor de González.
Cuando le preguntaron si le preocupaba que pudiera ser arrestado en Cuba, Guerra dijo que “tuvo mucho cuidado” de ser discreto mientras estuvo en la Isla.
“Estuve en Cuba durante un largo periodo de tiempo”, dijo. “Uno sólo se expone a problemas.” El ambiente de trabajo es un reto, dijo.
“No es diferente al periodo de la guerra fría con los rusos”, dijo. “Si usted tiene experiencia, puede lidiar con eso; si no la tiene, puede ser más que un problema.”
¿Qué piensa Guerra sobre la difícil situación de Alan Gross, el agente estadounidense encarcelado en Cuba en diciembre de 2009 mientras llevaba a cabo un programa pro democracia financiado por el gobierno de Estados Unidos?
“Estoy familiarizado con este caso, y creo que uno tiene que estar consciente de eso”, dijo.
Guerra dijo que Gross se encuentra en una situación difícil porque el gobierno de Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas con Cuba, lo que hace que sea más difícil que los funcionarios estadounidenses puedan negociar su liberación.
Foto de Barry Fink del gobierno de Cuba.
Las autoridades cubanas sostienen que los activistas de la libertad de Internet contrabandearon las antenas parabólicas en Cuba como parte de un plan para crear una red ilegal de comunicaciones en Cuba. Tenían la esperanza de establecer una conexión de internet móvil, libre del control del gobierno socialista.
“Internet funciona muy rápido!” dijo un técnico a su contacto cubano al describir el equipo. “… Usted puede usar Skype, video de voz de Yahoo… La semana que viene vamos a estar hablando GRATIS!”
Guerra dijo que no ha participado en ningún proyecto en Cuba “durante los último dos años”, pero supone que los activistas de la democracia han cambiado su enfoque.
El gobierno cubano ha relajado las restricciones de viaje, por lo que es más fácil que activistas como la bloguera cubana Yoani Sánchez puedan viajar desde y hacia la Isla.
“¿Quién hubiera pensado hace algunos años que Yoani podría realizar una gira mundial?”, preguntó Guerra. “Otros también pueden viajar, eso cambia la dinámica. Muchas cosas están cambiando en la Isla.”
Tomado de Havana Times
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