Las críticas de la población hacia la televisión pública no son nuevas. Durante las elecciones presidenciales del 2013 los seguidores del reelecto presidente Rohani tenían como uno de sus principales eslóganes: “Nuestra desgracia, nuestra desgracia es Sedao Sima”. El descontento es bien conocido por el régimen hasta el punto de que el mismo Guía intentó desmarcarse de esta institución, muy a pesar de que es él quien elige a los directores.
Muchos iraníes no perdonan, entre otras cosas, que la televisión haya sido utilizada en estas décadas para transmitir confesiones de algunos prisioneros. Una de las últimas emisiones polémicas fueron las entrevistas con una serie de jóvenes instagramers detenidas por aparecer bailando en los post que publicaban en sus cuentas. En las preguntas que les hacía el periodista se incluía sí habían sido pagadas por medios extranjeros.
Y es que una de las paranoias del régimen es la financiación de estos canales de televisión, que algunos serían pagados por grupos opositores en el extranjero. Uno de los que más controversia ha despertado es el popular Manoto, que se emite desde Londres y sólo en Facebook tiene más de tres millones de seguidores. Por los contenidos que transmite, muchos señalan que el dinero puede venir de seguidores del derrocado sha Reza Pahlevi. Su programación incluye documentales con imágenes hasta entonces desconocidas que muestran la vida en Irán en tiempos prerrevolucionarios y que han despertado la nostalgia de muchos.
Fuente: lavanguardia.com
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